Aniversario muerte Blas Infante...


Un año más los andalucistas estamos aquí para recordar la figura de Blas Infante, su obra no se resume en su propia biografía y mucho menos en la imagen del personaje histórico que se ha ido transmitiendo de él. No es tampoco un “padre de la patria” al uso. Infante no fue un uniformizado sino un conciliador, no desplegó el antagonismo sino que reivindico el pluralismo, no soñó con ningún Estado diferente sino con la diferencia como estado.

La actualidad y la utilidad del pensamiento de Blas Infante tienen planos diversos que se superponen sobre una base común de radical modernidad. Asuntos que en su momento fueron considerados anacrónicos, como la multiculturalidad , la necesidad de establecer puentes de diálogo entre civilizaciones o la separación entre nación (sociedad) y Estado; son hoy de una actualidad sobrecogedora. El Infante que propugna una “nacionalismo universal, presiente y denuncia las trágicas y dolorosa consecuencias del nacionalismo estatalista y etnicista del siglo XX.

Repensar a Blas Infante hoy es superar la reducción de su obra a la metáfora castradora del padre, para recuperar al pensador y al activista político en toda su potencialidad crítica e innovadora. El hombre que murió fusilado en la carretera de Carmona no murió para ser venerado fríamente en fríos y escondidos actos oficiales sino para ayudar cual matrona al nacimiento de una nación cuyo nombre era para el sinónimo de humanidad: la nación andaluza.
Pero estos últimos días son de luto para la familia andalucista por la "importantísima pérdida", hace escasos días, de nuestro querido amigo y compañero Enrique Iniestas. "Su contribución al proceso de autonomía de Andalucía y su investigación sobre la figura de Blas Infante fueron absolutamente relevante".

Iniesta deja un "legado inmenso", un hombre "polifacético y apasionado de la vida".
Asimismo, quiero destacar que el Partido Andalucista le concedió en 2008 la única Medalla de Oro que ha otorgado a lo largo de su historia. "Aunque nunca militó en el partido era un andalucista hasta las trancas", con su fallecimiento se pierde una persona "irremplazable.
Su dilatada e intensa trayectoria investigadora como trabajador incansable, en relación a la orden de Calasanz, la religiosidad andaluza, la educación popular, la sensibilidad literaria, Andalucía y el mismo Blas Infante, se condensa en un ingente repertorio de publicaciones que se superan el medio centenar.

Educador de todos y amigos de sus amigos, andaluz a tiempo completo y cristiano valiente y comprometido: su semilla sigue viva en muchos andaluces de conciencia. La tierra le será leve porque casi todo él era espíritu. Descanse en paz.

De tal modo que siguiendo el ejemplo de estos dos ilustres andaluces que nunca desfallecieron en la defensa de nuestra tierra, los andalucistas mas que en ningún tiempo, debemos seguir luchando como hasta ahora o con mas hincapié si cabe por nuestra Andalucía. Yerma de ese espíritu reivindicativo, por eso nosotros somos herederos de ese andalucismo que pregonaban tanto Infante como Iniestas, y hoy con más fuerza que nunca y con una misma voz proclamamos
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VIVA ANDALUCIA LIBRE