voceros

Voceros

Vocero, según la definición del Diccionario de la Real Academia de Lengua Española, dícese de la persona que habla en nombre de otra, o de un grupo, institución, entidad, etc., llevando su voz y representación. Nunca estuve tan de acuerdo en el significado de una palabra como lo estoy con esta. Una vez aclarado el término, me gustaría decir que nunca habían proliferado en la Isla más articulistas o voceros intelectos por metro cuadrado que en estos momentos.

Ahora bien y por supuesto sin generalizar, como bien se nos indica en su significado, el vocero es aquel que habla en la persona de otra o como también podíamos decir, escribe bajo los dictados de sus jefes, los voceros existen en todos los ámbitos, desde el nacional hasta el local, y su número será mayor cuanto más poder político y mediático tengan sus siglas.

Su misión no es otra que desde una tribuna pública, aparentemente camuflados, bajo un pequeño barniz de imparcialidad, el cual se diluye, solamente con que hayas leído algunas de sus prodigiosas glosas, intentan desprestigiar al adversario político basándose en contar medias verdades, mentiras completas, defender a capa y espada a sus jefes, a pesar que no se pueda justificar lo injustificable, con grandes dosis de demagogia y en algunos casos con una desfachatez que roza el esperpento. Todo para confundir a la ciudadanía, crear revuelo, polémica, porque ya se sabe a río revuelto ganancia de pescadores.

Voceros tienen todos los partidos políticos, de eso no se salva ninguno pero sin duda los que mas proliferan en nuestra ciudad son los del PSOE, ejemplos de ellos hay múltiples, uno de los cuales dice de sí, que es licenciado en comunicación, titulación la cual desconozco que exista, quizás sea un curso realizado con los Fondos de Formación que también manejan los socialistas o un master por C.C.C, pero lo que no pone dicho señor es que es militante socialista, los motivos por los cuales no los indica, ya se pueden ustedes imaginar.

JAVIER ALVAREZ RODRIGUEZ
Secretario comarcal Bahía de Cádiz

Carta publicada 28 agosto 2010 en diario de cádiz